lunes, 28 de julio de 2014

Relaciones entre unas lombrices, un bebé y los tres arbolitos

Que tienen que ver unas lombrices con un bebé? Pues muchisimo!!!
La historia es larga... Hace dos años, casi tres, estuve embarazada. Luego de algunos inconvenientes lo perdí. Pero esos tres meses fueron suficientes para que en mí se despertara una conciencia sobre el medioambiente que antes no habia tenido. Qué estaba haciendo como bien a futuro. Cómo dañaba el mundo que quería dejar a mis hijos. Fue una convicción. Tampoco un fundamentalismo. Una necesidad de hacer las cosas bien. O no tan mal.
Siempre me dio culpa (desde chica) tirar comida... Será esa cosa "tana" de que te hacían "embuchar" toda la comida a la fuerza porque "otros no tienen asi que no hay que despreciar", besar el pan antes de tirarlo, darle las migas a los pajaritos, y todas esas cosas que nos enseñaban los padres y los abuelos que crecieron en la miseria, muchos escapados de las guerras europeas o criados en los campos donde trabajaban desde que aprendían a caminar...
La cuestión es que en casa, de las sobras de la comida se encarga el pichicho... pero y de las verduras??? Todas esas hojas, cabitos, cáscaras, semillas... Mucho desperdicio para mi gusto... Primero pensé en hacer compost... Pero qué hacer si no tenía patio? Así que me puse a investigar.
Después de googlear y leer un poco, me dí con la posibilidad de las lombrices californianas... Tampoco es que vengan de California ni hablen inglés, pero resulta que estas chiquitas son las más angurrientas de las lombricitas que habitan nuestro planetatierra (al menos de las descubiertas). Investigué cómo tenerlas en casa, a pesar de no haber tierra... y me puse manos a la obra.
Lo primero que intenté fue hacer una quinta en macetas. Resultó un chasco por falta de dedicación y macetas profundas. Con las lombrices fue distinto.
Primero, conseguirlas. En mercadolibre conseguí un proveedor que las vende por kilo (si, olvídense de contarlas... por puñados o kilos es más fácil). La primera partida iban a ser unas 1500 lombrices estimadas... pero para una familia pequeña como la mía con solo 500 alcanzaba!!! Qué hacer? Bueno, conseguí 2 interesados más, y compramos en "cooperativa".
Mientras llegaban, les compré un nuevo tacho donde ubicarlas, les fui armando su "colchoncito" (o cuna... el sustrato de tierra, papel y desperdicios donde van a vivir)... y me senté a esperarlas.
Puedo decir que fue una de las experiencias más gratificantes (aunque me dan terrible asco las lombrices) ver cómo esos bichitos iban comiendo todo lo que ponía en sus recipientes (porque se multiplicaron a lo loco y tuve que empezar a separarlas!!!).
Perocomo todo ser vivo, cuando se los descuida se mueren. Llegó el nuevo embarazo, las molestias propias del primer trimestre (me la pasaba acostada en estado vegetativo de la descompostura), el calor... y pasaron hambre. Algunas descubrí que migraron a las macetas, otras murieron dentro del tacho: ahogadas, secas o de hambre... Mis nuevas preocupaciones me distrajeron de lo que les pasaba, pero con los meses veo que su existencia en casa no fue en vano.
Durante los meses de invierno mi alimento principal fueron las mandarinas y las naranjas... Por reflejo fui metiendo todos los desperdicios en el tacho de las lombrices... unos meses después, cuando el niño ya había nacido, decidí que era hora de acomodar un poco las plantas, tan descuidadas esos meses. Me puse a remover los tachos... Y mi felicidad fue inconmensurable. Dentro de una bolsa que tuvo tierra con lombrices, encontré unas 20 semillas de cítricos germinadas con hojitas y raices, y un carozo de palta con ramitas!!!
Inmediatamente me puse manos a la obra, sin importarme la hora ni el sol, y decidí reubicarlos para no perderlos. Todos a sus macetitas bien ubicadas con sombrita primero y luego de unos días con ratitos de sol.
Lamentablemente, con los primeros fríos sucumbió la palta... y poquito a poco fui perdiendo los frutales... Pero quedaron tres: los pasé a macetas más grandes...
Ya descubrí que la más grande es un naranjo: le salieron espinas hace un par de meses... apenas diez hojitas y tiene sus espinas... Por el aroma los otros dos son mandarinas.
Las cuido para que el día que tenga mi casa estén en el patio, y poder decirle a mi hijo: nacieron de las frutas que mamá comió cuando estabas en su panza.
Si puedo, voy a injertar las mandarinas con la planta que tienen mis papás en su casa. Espero que esté viva todavía (la planta) para cuando las mías estén en condiciones de ser injertadas.
Va a ser lindo sentarme un día a su sombra, y pensar cómo fue que nacieron esas tres plantitas, y qué maravilloso que puede ser un bebé... no sólo él en sí es un milagro, sino que con el sólo hecho de saber que existe dentro de uno puede modificar todo alrededor...


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