sábado, 2 de agosto de 2014

Para qué trabajo? (escrito sin pensar ni revisar)

Muchas veces me hago esa pregunta...
Realmente me hace falta trabajar? Qué estoy sacrificando? Qué haría si me quedo en casa?
Muchas veces, o casi todos los días, estoy en mi trabajo y sólo ansío llegar a mi casa, a cocinar, o imagino las cosas que haría con mi tiempo libre (una de ellas, dormir, siempre que mi niño lo permita). Pintar, pasear, cocinar, deliro con que ordenaría la casa (algo que nunca termino de hacer... o me cuesta comenzar, siendo sincera). Jugaría con mi niño, le enseñaría canciones, o simplemente saldría a camianr con él. Me ocuparía de las plantas...
Pero cuando me quedo en casa, y el caos reina por todas partes, mientras mi bebé tiene fiebre, o llora o hace berrinches... pienso en las ganas que tengo de ir al trabajo y descansar de ser ama de casa.
No termino de comprender cómo nuestras madres podían ser amas de casa a tiempo completo, y hacerse cargo de niños con exclusividad, esperando a su marido con la comida lista cuando llegaba de trabajar.
Yo no puedo. No me sale.
O quizás trabajé ya demasiados años como para no poder acostumbrarme a ese ritmo. Si lo pienso, desde hace 17 años que trabajo, casi la mitad de mi vida.
Luego de la licencia de maternidad, me tomé otros tres meses de licencia sin goce de sueldo. Me quedé en casa para compartir y amamantar todo lo posible a mi bebito... que en definitiva fue lo único positivo. Porque no hice nada de provecho extra. Ni salí a pasear, ni... bueno... por primera vez nos fuimos de vacaciones sin apuro... pero vimos puros parientes... Casi nada de amigos. Pero volví a la rutina laboral y la casa seguía igual. Ni un mueble cambiado de lugar. Sólo vegeté con un niño prendido a la teta.
Claro que esos meses fueron de una gran demanda física por parte del pequeñín. Las noches en vela, los cólicos, el primer resfrío que se sumó a que comenzó a cortar dientes, la teta a todas horas, inclusive sin que yo pudiera almorzar, porque él también quería!
Y así sigo... Volví a trabajar pero siento que mi vida cada día es más caótica.
"Sos una chica multitasking!!!" solía decirme un compañero de trabajo... Si, para mi trabajo es fantástico. Pero eso es un problema en mi vida. Hago muchas cosas al mismo tiempo pero no termino nada. Todo queda a medio camino. Al mismo tiempo lavo platos, mientras me acuerdo de la ropa que está lavada y lista para colgar. Voy, la saco y cuelgo la mitad. El bebé llora, voy a atenderlo. Sigo lavando la olla y el sartén para poner la comida, y mientras se hace lavo el resto de los platos. Si, claro. Suena el teléfono. Lo atiendo. COnverso un rato con mi suegra sobre cómo está su niño (me refiero a su hijo que vive conmigo) y el mío (su nieto). El perro pide para salir, voy a abrirle la puerta. Controlo de nuevo la comida, con niño a upa. Le doy su nestum, sirvo nuestra comida, almorzamos, y me lo llevo a lacama por su mamadera antes de dormir la siesta. Ahí quedaron los platos a medio lavar, la ropa a medio tender, y el lavarropas sin ponerse... Me levanto de la siesta (no implica que haya dormido), me fui a trabajar, y así sigue la rutina. Ad infinitum. Rogando tener un día libre para acomodar, pero sabiendo que no lo voy a hacer, que a lo sumo dormiré hasta más tarde, pegadita a mi bebé... Que en realidad es una hermosa forma de pasar un día franco y no teniendo que llevarlo al especialsita a la capital.
Pero salgo de la habitación y veo el caos en la cocina, en el living y me deprimo. De verdad que me deprime no llegar a acomodar las cosas, no recibir colaboración doméstica (gracias a Dios el lunes comienza una señora a limpiar... al menos voy a zafar de eso) de ningún familiar. Alguien que se ofrezca a venir un rato a entretener al chiquitín mientras yo puedo acomodar o limpiar. Ah, pero no es que no le dije a nadie, siempre que viene mi cuñada o sus hijas les digo: "mientras juegan con él, yo aprovecho a terminar de lavar los platos" ... y fiuuuufiuuuuu corro por la casa ordenando o lavando... Pero vienen a las perdidas y por unos minutos nomás, nunca se quedan una horita como para que uno aproveche más el tiempo... Tampoco vienen a buscarlo y llevarlo a su casa a pasear... Ok, no tiene un año todavía, pero creo que si compartieran tiempo él se adaptaría a ellas sin problema. Llego a la guardería y le tira los brazos a las seños... y nunca se quedó llorando como otros niños...
Ahora que dije todo esto me siento más aliviada... Aunque nadie lo lea, nadie haga un comentario, al menos estas "palabras al viento" a mi me traen un poco de paz. Si es que se puede tener paz.
Pero... para qué trabajo? Sigo con la misma duda... O es que no me lo quiero responder? Creo que no me va a gustar lo que tengo que decirme. Podría achicar mucho más mis gastos en pavadas (alguna pilcha nueva, la tarjeta de crédito, calzado nuevo todas las temporadas aunque ya tenga acomulados quince pares que no uso), no le compraría tanta ropa al niño porque dispodría de más tiempo para lavarla... además que al estar yo en casa me ahorraría la guardería. Comería menos porquerías (aunque no deba) porque estando en casa haría cosas caseras... No tendría excusa para limpiar. Ni para lavar sus camisas a mano!!!
Pero me pasaría entre cuatro paredes todo el día, porque mis amigas trabajan todas, además que son solteras. Mi familia vive a doce horas de colectivo. Estoy sola en una ciudad en la que me siento cómoda, pero en soledad. Las únicas amistades que van a casa son las de mi marido. Mis amigas no tienen tiempo. O no coinciden los horarios para encontrarnos.
Espero que de una vez y dentro de poco tengamos casa propia, asi puedo dejar de trabajar y dedicarme a mi casa y no pensar que hay que pagar el alquiler.
Maldita sociedad de consumo... qué dificil es aislarse!!!

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